Con el fin de mejorar la seguridad en el ciudad capital, la Secretaría de Seguridad Pública del DF ha creado una nueva estrategia en contra de la delincuencia. Dicho plan consistirá en la división de la ciudad por medio de segmentos o cuadrantes, 918 en total, de mil metros cuadrados cada uno para ser vigilados de manera permanente. Dichos sectores serán supervisados por tres efectivos —dígase policías— durante los tres turnos del día, es decir, uno por la mañana, otro por la tarde y otro por la noche. Además,los policías encargados de vigilar su sector serán apoyados por una patrulla, motocicletas, bicicletas y cámaras de vigilancia ocupadas durante el proyecto Bicentenario.
Este anunció lo hizo el jefe de la policía capitalina, Manuel Mondragón y Kalb ante más de tres mil uniformados haciendo mención de cada cuerpo de seguridad tendrá cuatro meses para conocer personalmente a los habitantes de su zona de vigilancia así como del entorno, ya sean fábricas, iglesias, centros comerciales, bancos, etc. para identificar potenciales focos rojos de incidencia delictiva.
Sin duda, la estrategia parece tener una buena pinta, pero como buen mexicano desconfiado que vive día con día bajo un ambiente de corrupción tengo que pensar más allá de lo que se ofrece.
En primer lugar, creo que tres mil doscientos efectivos son muy pero muy pocos para resguardar las calles de una de las ciudades más grandes del mundo. Incluso se me hace demasiado terreno un cuadrante de un kilómetro cuadrado para un sólo elemento, por el simple hecho de que existen en la ciudad zonas más conflictivas que otras y que requieren mucha mayor atención en materia de seguridad. Si el plan se sigue como se plantea no quiero ni imaginarme el futuro de aquel que le toque vigilar áreas como la colonia Doctores o Del Valle, ampliamente reconocidas como las más delictivas de la ciudad.
En segundo lugar hablaremos del pan de cada día de los mexicanos: la corrupción. En teoría un policía debería de velar por la seguridad de la ciudadanía, pero existen otros como en Monterrey que no se dedican a eso principalmente. Asignar un cuadrante definido —aunque sea temporalmente, sobretodo si el periodo es largo— da pie a que muchos elementos corruptos puedan tener acuerdos con el crimen organizado y así pasar por alto varios de los delitos que en su sección se cometan. No es por pensar mal, sólo hay que ver el lugar que ocupamos en corrupción para darnos una idea de lo que puede ocurrir.
Y así puedo continuar señalando casos similares, pero los más importantes son éstos. Si logran superar dichos obstáculos que seguramente existirán, probablemente la estrategia pueda funcionar. La idea no es mala para nada, pero habrá que pulirla para que de resultados de verdad y así no tengan que hacer campañas publicitarias ni anuncios constantes para engañar a la sociedad. Mientras tanto otorguémosle a dicha estrategia el beneficio de la duda.
Imagen: Daily Mail